Las herraduras napoleónicas son sin duda las grandes desconocidas y las peor aplicadas de todo el elenco de herraduras ortopédicas. Por ello, hemos de dejar sentada una premisa fundamental; UNA HERRADURA NAPOLEONICA NO ES UNA HERRADURA PUESTA AL REVES, por mucho que a veces se la llame herradura invertida. Una herradura napoleónica es aquella a la que se le ha truncado una sección en la región anterior, respetando siempre la conformación de la misma en la región posterior.
Circula la leyenda de que son llamadas así porque el emperador de Francia, Napoleón Bonaparte mandó colocarlas en sus caballos para despistar al enemigo. Leyenda falsa de todo punto. Las herraduras napoleónicas ya existían antes del siglo dieciocho y su nombre se debe a algún albéitar llamado también Napoleón, nombre bastante común en la época.
Herradura caída en el olvido, fue rescatada hace pocos años para el tratamiento de la infosura, pero la mayoría de los herradores han olvidado su concepto primitivo y llaman herradura napoleónica a cualquier herradura clavada al revés, sin importar el protocolo intrínseco de este tipo de herraje; eliminar una porción de la herradura en las lumbres respetando la zona de los talones.
El método correcto y natural de fabricar una herradura napoleónica seria forjar una herradura de la variante mas común en relación a su región posterior. Esto es, una herradura abierta, de barra recta o de huevo, y una vez ajustada al casco, se corta la porción de las lumbres que deseemos sustraer al apoyo en el casco. Tomar una herradura comercial y clavarla al revés no se puede considerar un herraje napoleónico, pues las lumbres de la herradura comercial no coinciden en casi ningún caso con la zona de los talones, ni abiertos, ni de barra recta ni de huevo. El hecho de que se pueda aprovechar una herradura comercial para forjar una napoleónica en vez de partir de una pletina lisa o cortar una de barra o de huevo prefabricada, no significa que todas las herraduras comerciales sirvan o se ajusten al casco en su parte posterior.
En sus inicios, la herradura napoleónica servía para evitar que una zona dañada de la lumbre del casco contactase y cargara peso contra la herradura. Las lesiones mas comunes en las lumbres del casco suelen ser infecciones crónicas en lumbres, razas, hematomas e infosura crónica. La utilización en casos de infosura crónica se debía a la pretensión de evitar el dolor, no a la mejora del breakover, descubrimiento este muy posterior.
Efectivamente, con los avances en biomecánica se aprovechó la facilidad de despegue que proporcionaba el hecho de eliminar parte de la herradura en lumbres. Se aplicó a caballos con cascos muy puntiagudos y con talones huidizos, que al retrasar el punto de breakover mejoraban su marcha. La invención de la radiología aplicada al caballo, permite poder colocar el punto de breakover en la proyección del hueso tejuelo, lo que convirtió al herraje napoleónico en el más fiable método de maximizar el breakover del pie.
Una herradura napoleónica bien colocada, es decir, forjada y aplicada de acuerdo al protocolo científico y de la buena praxis de la herrería, es una herramienta muy valiosa en manos del herrador y del veterinario para el tratamiento de muchas enfermedades y desordenes del pie del caballo. Mal comprendida y mal aplicada no solamente es inútil y retrasa la curación del problema, sino que puede ser contraproducente al añadir nuevos problemas al ya existente.
Las herraduras napoleónicas deben de participar de las tres características fundamentales de toda herradura, a saber, mecánicas, geométricas y cosméticas. Ha de ser construidas en base a las reglas de la geometría, para que sea algo más que un hierro doblado con agujeros, ha de ser funcional y servir al propósito que se le encomienda y ha de tener un aspecto cuidado y agradable. Y como todas las demás herraduras ha de ser colocada en el pie del caballo de acuerdo a la buena praxis del oficio. No hay excusa para colocarla de manera descuidada.
Generalmente, las herraduras napoleónicas tienen cuatro variedades, de acuerdo a la conformación de su región posterior. Abiertas, de barra, de huevo y de corazón.
En la foto superior podemos ver una herradura comercial ACR de lo que seria una herradura napoleónica abierta, aunque ellos la llamen de soporte central. Evidentemente, no podemos cortar las lumbres de una herradura normal sin mantener unidos entre si ambas mitades por un travesaño. Es lo que se conoce como “herradura de H o napoleónica de travesaño”,
El travesaño puede ir colocado en cualquier punto situado por detrás de la punta de la ranilla y, como en este caso, ser aprovechado para cargar peso de la misma. No es una herradura muy conocida ni usada, debido a la dificultad de colocarla sobre un casco deformado y enfermo, que suelen ser los cascos necesitados de herraduras terapéuticas.
Que no nos llame a engaño la fotografía. Es una herradura napoleónica de barra para un PIE, no para una mano. El hecho de que se haya forjado a partir de una herradura vieja de mano no quiere decir que sea una herradura de mano. Si imaginamos el trozo que le falta en las lumbres, se ve que es una herradura de pie.

Tomado de: www.farriergabino.com
La herradura de huevo compensa la diferencia de superficie de sustentación entre la mitad anterior y posterior del pie. Una manera de aumentar la superficie de la región posterior es ensanchar la herradura. Otra, eliminar la zona de las lumbres para mejorar el breakover y facilitar el hundimiento de la zona anterior el suelo blando. Sino se quiere partir desde cero, una herradura de pinza ancha, de las utilizadas comúnmente en las lesiones del ligamento suspensor del menudillo puede ser un buen punto de partida.
El hecho de que esta herradura sea redondeada por detrás no es capricho ni porque venga así desde la fabrica. Es la forma de una herradura redonda o de huevo, y participa de todas las cualidades y desventajas de una herradura de huevo. Por tanto, no debiera de ser utilizada en caballos a los que no les sienta bien el herraje de huevo. Y este es uno de los grandes defectos que se observanen muchas de las herraduras napoleónicas que se ven por ahí. Se coloca una herradura comercial al revés, lo que en principio seria una herradura napoleónica redonda o de huevo, sin determinar si al caballo le sienta bien el herraje de huevo.
Un truco para construir correctamente una herradura napoleónica de huevo a partir de una comercial es el siguiente; Se toma como modelo una herradura de huevo comercial que le quede bien al caballo. A continuación se forja la herradura abierta de forma que se adapte a la región posterior de la herradura de huevo comercial. Con esto nos aseguramos las características geométricas de la nueva herradura napoleónica de huevo.
En la foto podemos ver como las ramas llegan hasta la línea blanca siguiendo el borde del casco. Se ha hecho un pequeño bisel en las puntas para retrasar aun más el punto de salida o breakover. En concepto, esta hubiese sido una herradura redonda con la región posterior ensanchada, que se habría clavado normalmente y a la que se hubiese cortado después un trozo en las lumbres.

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Sin embargo, esta otra fotografía nos muestra todo lo que NO debe ser una herradura napoleónica. Independientemente de que el pegar una herradura de acero en un casco infosado no sea la mejor opción, los principales defectos de esta supuesta herradura invertida son;
-Esta colocada totalmente descentrada con el eje del casco, representado por la línea roja.
-Las ramas de la herradura sobresalen del casco, lo que supone un aumento de las fuerzas de palanca, cuando en realidad se pretenden disminuir. -No está ajustada de acuerdo con una radiografía. En casco infosado como este, si no se colocan las puntas de las ramas en la proyección de la punta del hueso tejuelo, la herradura, como poco, es completamente inútil, cuando no contraproducente.
Esta herradura ha cometido el error más común que se ve en todas las herraduras napoleónicas. Se trata de un casco de mano, y se ha colocado una herradura de pie. La herradura es una herradura comercial de mano, pero en cuanto se le da la vuelta se convierte en una herradura de pie!!. Las herraduras de barra recta y de huevo de mano, son mas estrechas en la región de los talones que en la de las lumbres. Y esta herradura es justamente al revés, es mas ancha en los talones que en las lumbres. Ni siquiera llega a ser redonda, lo que tendría una justificación. Las herraduras de pie de barra recta y de huevo son mas anchas en la región de los talones y mas estrechas en las lumbres. Si en este caso se hubiese partido de una herradura comercial de pie para colocarla al revés, no estaría tan equivocada, pues la herradura de pie, estrecha en las lumbres, se adapta mejor a la forma del casco de mano.
Las herraduras napoleónicas de corazón son muy utilizadas en el tratamiento de la infosura. Sujetan el interior del pie impidiendo su descenso y anulan toda la carga que se pudiera producir en las lumbres del casco. Se deben de colocar con el mismo criterio que la herradura de corazón completa, teniendo en cuenta como dejamos explicado en el articulo especifico de estas herraduras, que la sola barra de corazón es impotente para sujetar el pie a través de la ranilla. El material de impresión dental o cualquier otra silicona se hace imprescindible para reclutar a las barras y palma en el sostén del interior del pie.
Se pueden forjar a partir de una pletina lisa, pero esto se hace inviable en la mayoría de las veces, a no ser que se sea un campeón de forja en una exhibición de como herrar un infosado. En el trabajo del día a día y acompañando a un veterinario, la herradura Mercedes se ha mostrado como la mas sencilla y eficaz a la vez. Su especial diseño permite ajustarla fácilmente y cortar las ramas a la altura adecuada sin por ello poner en peligro la rigidez de la herradura.
No me canso de repetirlo, a riesgo de que se me tilde de cansino. Obsérvese como en esta herradura napoleónica en un casco infosado de MANO, la herradura es mas estrecha en la región de los talones, abriéndose a medida que nos acercamos a las lumbres. En la foto anterior, esto no era así, sino que era mas ancha en la región de los talones, estrechándose hacia las lumbres.
Esto NO es una herradura napoleónica de corazón, ni lo fue nunca. Una herradura tan delgada y estrecha no puede ser utilizada nunca para un herraje ortopédico. La barra de corazón no tiene superficie suficiente para poder dar apoyo a la ranilla y las ramas de la herradura sobrepasan con creces el punto de la proyección del hueso tejuelo. Con este herraje no es de extrañar que el caballo hubiese acabado siendo sacrificado.

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Las herraduras napoleónicas se colocan también en los pies. Es difícil que un caballo se infose solamente de los pies, y en este caso el resultado suele ser catastrófico. En general, los caballos se infosan fuerte de los manos y débilmente de los pies. Cuando esto ocurre suele prestarse poca atención a los pies, que por el menor peso que soportan se resuelven fácilmente de por si mientras se presta atención a las manos. No obstante, a veces es recomendable proporcionarles un sostén.
El caballo infosado de las manos suele recostar su peso en los miembros posteriores para aliviar sus manos. Con el tiempo, los pies se aplastan de talones y se vuelven puntiagudos, cuando no lo son ya por naturaleza. En estos casos, una herradura napoleónica complementada con material de impresión dental o cualquier otra silicona acrílica proporciona un buen soporte al miembro posterior.

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Obsérvese en la foto cuan retrasadas quedan las ramas de la herradura napoleónica. Han sido colocadas de acuerdo a la radiografía, en la vertical de la punta del hueso tejuelo de esta yegua infosada. El casco fue redondeado en las lumbres después de sacar la foto en un ángulo de 40 grados a fin de evitar las fuerzas de palanca. La barra de la herradura y el material de impresión proporcionan un excelente soporte a los talones de los pies, los mas desfavorecidos en el reparto del peso en el caballo infosado.
En contraprestación, las herraduras napoleónicas, además de compartir todas las desventajas de las herraduras a las que iguala en su región posterior, añade el hecho de que en la punta de las ramas pueden crear presiones anómalas que rompen o desorganizan la muralla si se prolonga mucho tiempo este tipo de herraje. En general no suele dar problemas, al tratarse fundamentalmente de una herradura ortopédica de transición hacia otro herraje mas duradero.
Como colofón insistiremos una vez mas en que las herraduras napoleónicas son una excelente herramienta en nuestra caja, siempre y cuando las apliquemos de acuerdo al criterio científico que rige la fabricación y colocación de este tipo de herraje. Un herraje napoleónico es algo mas que sacar una herradura comercial de una caja de cartón y clavarla puesta al revés, sin nisiquiera molestarse en abrir claveras nuevas en la punta de los callos.
FUENTE: www.farriergabino.com
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